miércoles, diciembre 19, 2007

CONSUMO RESPONSABLE


En estos días de fiestas navideñas y de fin de año, la velocidad con que van ocurriendo los eventos, el inmenso bombardeo publicitario para que demuestres tu afecto comprando y regalando cosas, te envuelve en eventos que te llevan a consumir por sobre tus niveles de financiamiento.
Por otra parte te introduces en un mercado de productos que son derechamente inútiles y otros están rodeados de envoltorios, reales o ficticios, que le hace aparecer de un valor mucho mayor que el que poseen, lo que finalmente te desvía de las consecuencias reales de esta situación, la perdida del espíritu de estas fiestas, seas cristiano o no, y la alteración del equilibrio ambiental por la generación de residuos y la mantención de un sistema de desarrollo basado en el consumo se ha tornado en un modelo insustentable.
En definitiva ante la ausencia de un marco regulatorio que cuide efectivamente el medio ambiente, se debe ejercer el derecho ciudadano de intervenir mediante un consumo responsable, se debe entender que las acciones individuales ayudan a marcar una diferencia, organizaciones ambiéntales han propuesto acciones como las siguientes:

no regalar juguetes bélicos, agresivos o sexista, regalemos juguetes creativos, educativos, que fomente la cooperación, la imaginación o el juego en equipo. Ojala que no use pilas y si las tiene que estas sean recargables y acompañado de un cargador.

entre la familia y amigos se podría hacer un “trueque navideño”, en vez de comprar regalos, realizar regalos personalizados y artesanales, hacer y decorar papel de regalo propio, de este modo los regalos tendrán más valor, regalar un libro, suscripciones o entrada a algún espectáculo, se estará regalando cultura.

evitar productos desechables, productos con muchos envases, dar preferencia a los que tengan envases reciclables, rechazar las bolsas plásticas, ensucian la ciudad por mucho tiempo.

que el lujo no este presente en la cena navideña, es una ocasión de reflexión familiar, donde importan los valores humanos por sobre los materiales. Que sea una ocasión especial no implica que ésta deba ser lujosa.

No olvidemos experiencias de pascuas anteriores donde muchos sofisticados juguetes han sido abandonados por una pelota o por un juego de salón, recordemos aquel juguete que parecía imponente por sus colores y luces, cuyo precio fue bien razonable y de cómo se quebró a los pocos minutos transformándose en basura y dinero mal gastado.

El consumo responsable es la única forma de defenderse de esta locura consumista.

Edgardo Fagerström